La podredumbre de los cultismos

Las alas doradas se habían descompuesto tiempo ha. La tonalidad de vida, apagada, cual técnica de esponja al pintar un lienzo, gris, como el cúmulo de sensaciones mundanas del que todos parten.

Palabras cultas, o que ellos creen cultas, que parecen tener más trasfondo del que realmente tienen. Engaños retóricos procedentes de inútiles de barba postiza.

Los títeres de detrás del pupitre que chupan de estos para… nunca supe para que.

En momentos en los que no me cruzo con las sombras de mi habitación y cierro los ojos, aprieto los párpados y contraigo mi cuerpo. Momentos de calma infundada, de crear mi propio campo por el que caminar, aislándolo del mundo contaminado de mierda indómita.

Las palabras acuden, desesperadas por hacer ver que no se está leyendo a un inútil, pero que el mero hecho de usarlas lo hacen mediocre ante la tiranía de lector agudo.

Oh, pobre de mi.