Perogrulladas y otras derrotas

La salida, solo puede ser entendida desde alguien que ha entrado en algo. Si no hay nadie que haya entrado en nada no puede pensarse en la salida.
Perogrulladas.
En las perogrulladas encuentro la paz, el tiempo de descanso.
Espero el día que me de por no escribir frases tan cortas, espero el día en el que salga de las frases cortas.
La salida, solo puede ser entendida por alguien que ha entrado en algo y que siente la necesidad de abandonar ese algo.
Perogrulladas.
En las perogrulladas encuentro la paz, el descanso y los ratos muertos que no tuve en la infancia.
El parafraseo es aburrido de leer, no de escribir, no describir, no-nada.
Es común en los ojos calmados encontrar en los textos tal batiburrillo que se tiende a pensar en lo profundo que debe ser el texto.
Es común en los ojos prepotentes encontrar en los textos tal batiburrillo que se tiende a pensar en lo mediocre que debe ser el texto.
Los que continúen sin leer, obcecados en su venda, harán bien. Palabra de un señor, en el nombre de todo.
Volvamos... La salida, por tanto, solo es algo para algunos. Ahora bien, la salida implica cambio, movimiento y normalmente es activo. Que sea activo hace depender el cambio del individuo que busque la salida. Lo que quiero decir es que hace responsable al individuo del movimiento necesario para efectuar el cambio. Y la responsabilidad es algo muy serio, tan serio como la seriedad. Responsabilidad y Seriedad, hermanas contra el interés individual.
Tenemos entonces la salida como algo de difícil acceso, o fácil acceso, dependiendo del individuo pero que, no obstante, requerirá un esfuerzo y en el esfuerzo está la pugna entre la voluntad de cambio y el contexto que se quiere cambiar. Separar las olas del Mar Muerto no resulta una actividad pasiva para Moises por mucho favor divino que haya contenido en la acción, la acción será puesta en marcha junto al esfuerzo de realizar la misma. Sin olvidar que a quien señalamos es a Moises y no a alguien anónimo, los anónimos nunca han sido responsables, bien lo saben los cobardes. En Moises también recae la responsabilidad.
Inhibirse de la responsabilidad no puede constituir una salida de nada. La inhibición será vista entonces como una forma derivada del anonimato y, por tanto, de irresponsabilidad.
No pretendo entrar en más profundidad sobre la inhibición, solo quiero dejar claro que es trampa, no vale. (con una cerveza en las manos y un interlocutor interesado podría desarrollar el tema)
Volviendo al tema de la salida, las perogrulladas y lo bien que me siento cuando me siento creo que es interesante pensar en estas cosas de forma calmada, el tiempo de parada y reflexión es necesario para una vida humana. Pensar discontinuamente y realizar paradas son rasgos propios del humano que sigue siendo humano. El presente continuo está bien para los robots y los alemanes pero no para los humanos. Bukowski decía que en todo discurso debía haber momentos de humor o, al menos, de choque generador de pausa amena. Ruego por ello que se entienda de esta forma lo dicho anteriormente con los alemanes, seres -por lo general- de gran responsabilidad y seriedad.
Cuando escribo, cuando hablo noto esas punzadas que avisan a uno de estar dejándose cosas en el tintero, pero digamos que aguanto las punzadas y omito los asuntos, que yo sepa nunca me han movido intereses propios a la hora de realizar un discurso, sea de lo que sea.

Estaba hablando de la salida... siempre es más fácil hablar de la salida.
Adiós.